El presente proyecto presenta un plan de negocio de una empresa que tienen como principal actividad proporcionar un nuevo medio publicitario mediante el uso de pantallas LCD instaladas en los taxis de Barcelona. La idea surge tras viajar a Shanghái y ver que allí es un medio publicitario tan extendido y aceptado como en ciudades como Buenos Aires, Nueva York o Londres. Esto unido a la difícil situación económica de los últimos tiempos que castiga especialmente al sector del taxi, hacen que sea un medio que se prevé interese tanto a anunciantes como a taxistas. Para la realización de este plan de negocio se ha estudiado, en primer lugar, el entorno en que se ubicará la empresa, poniendo especial interés en las empresas competidoras o con productos substitutivos y en los diferentes proveedores posibles para las pantallas. Seguidamente, se han estudiado mediante estudios de mercado los dos puntos clave para el funcionamiento de la empresa: la opinión del nuevo medio que tienen clientes potenciales del mismo y la acogida de la idea por parte del sector del taxi. Posteriormente, se ha detallado el marketing mix de la empresa y se desarrollan las estrategias necesarias de cara a posicionarla en el merado. Tras tener el negocio debidamente delimitado, se pasa a diseñar los procesos necesarios para llevar a cabo la actividad y se describe la estructura de la empresa y las características de los empleados que forman parte de ella. Finalmente, se efectúa el análisis de la viabilidad de la empresa en un horizonte temporal de cinco años, estudiando mes a mes la evolución de los gastos de explotación, la previsión de ventas, la tesorería y el balance de situación para al final calcular ratios y la rentabilidad propiamente dicha de la inversión. Este proyecto no sólo incluye la puesta en marcha de la empresa sino que incluye otras actividades que se deciden llevar a cabo en los primeros cinco años: la desinversión del Business Angel que financia el arranque de la empresa, la primera ampliación de pantallas en otros 500 taxis y se deja abierto qué hacer con la importante cantidad disponible en bancos al finalizar el periodo de estudio, pudiéndose destinar a adquirir el local en que se desarrolla la actividad, hacer una nueva ampliación de pantallas o cancelar un crédito aún pendiente, entre otras cosas.