Abstract:
|
En general, la contaminación que puede presentar un agua residual puede ser muy
variada: de naturaleza orgánica o inorgánica y de tamaños muy variados de
partículas, desde centímetros hasta materia disuelta; esto hace que, para su
depuración, sea necesaria la aplicación de operaciones y procesos diversos que
pueden ser físicos (filtración, sedimentación o combinación de ambos), químicos
(mediante reacciones diversas como la neutralización, coagulación, floculación o
precipitación mediante la adición de reactivos) o biológicos (Balanyà, 2005).
Los procesos de depuración biológica están basados en la acción de la actividad
bacteriana. En la mayoría de los sistemas se reproducen procesos que tienen lugar
en la naturaleza pero de manera más intensiva en un espacio confinado; así, la
depuración biológica de las aguas residuales (AR) consiste en alimentar un cultivo
mixto microbiano con estos efluentes. Fruto de estas reacciones metabólicas se
obtendrá como productos finales compuestos gaseosos y nuevos microorganismos
(Balanyà, 2005).
En esencia, los microorganismos pueden tomar de una disolución únicamente
aquellas sustancias que tienen valor nutritivo y que sean adecuadas para construir
material celular o ganar energía. Las aguas residuales no son ideales como
alimento. Para las bacterias heterótrofas la relación ideal sería C:N = 12:1 y C:P =
30:1. En estas condiciones, parte de las combinaciones de carbono serían
suficientes para producir por oxidación la energía suficiente para que el resto, junto
con el N y P, pudieran transformarse en material celular. En AR urbanas hay
normalmente un exceso de N y P, por lo que después de una depuración biológica,
hay todavía combinaciones de N y P. En AR industriales puede pasar lo contrario.
En general, hay que comprobar el balance de nutrientes.
Puede haber otros problemas procedentes de otros componentes, por ejemplo
aquellos que cambien el pH, que sean tóxicos o que inhiban la acción de los
microorganismos (Cortacans, 2000). |