Resumen:
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El terrorismo no es nuevo, ha existido desde siempre: se trata del uso de la violencia a gran escala, con una finalidad política
expresa, y se basa en una estrategia y en una o varias tácticas, tiene un mínimo de estructura organizativa, y para durar en el
tiempo tiene que estar en funciones de un cierto número de causas estructurales. Esto es un intento de explicación descriptiva, no es una toma de posición o de justificación moral. La parte moral es la (relativamente) fácil, pero sería un error centrarnos, o centrarnos únicamente, en ella. El terrorismo es condenable, debe ser condenado, y no cabe la neutralidad. Pero esta toma de posición no puede ni debe ser un sustituto de la igualmente necesaria reflexión política para entender el fenómeno, entre otras, no se entiende cómo, sin un análisis adecuado, cabe pensar en políticas de acción colectiva para neutralizar el terrorismo. |