El método tiene por objetivo clasificar las estructuras de la edificación existente sin lesiones aparentes, a través de una proceso objetivo, con el resultado de una etiqueta de clasificación de su seguridad estructural de simple lectura y homogeneizada con las existentes (ej. calificación energética). Se establecerían clasificaciones máximas por tipología estructurales y una clasificación mínima exigible por tipo de uso. La metodología se plantea mediante un sistema iterativo de acercamiento a la estructura: la obtención de datos necesarios para el recálculo se divide en fases de aproximación, y la calidad de los datos recabados en niveles de evaluación. Se evalúan tres conceptos básicos: la estabilidad global, la resistencia (de la estructura vertical y de la estructura horizontal) y la rigidez de la estructura. El peritaje se efe ctúa mediante el método semi-probabilista de los coeficientes parciales de seguridad. Los coeficientes utilizados en el recálculo son calibrados en función de las circunstancias del elemento estructural analizado (responsabilidad estructural del elemento, consecuencias del fallo, probabilidad de cargas, fiabilidad del mecanismo, capacidad de aviso y durabilidad). Para peritar la estabilidad global, en cambio, se establecen una serie de indicadores. De la integración de los recálculos de seguridad, de los elementos estructurales analizados, bajo la ponderación relativa a la cantidad y calidad de información recopilada (fase y nivel) se clasifica la resistencia, estabilidad y rigidez de la estructura para finalmente obtenerse una clasificación, global y única, de la seguridad de la estructura existente.