Abstract:
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Cuba está experimentando uno de los cambios más importantes en su modelo socioeconómico en los últimos 50 años. El modelo por venir es prometedor y abre las puertas a iniciativas urbanas transformadoras.
Sin embargo, Cuba sigue siendo un país de contrastes, donde las oportunidades y amenazas se alternan. Tras un análisis de éstas centré el grueso del programa en solucionar los problemas de gestión del agua, aprovechando la experiencia cubana en agricultura urbana y con la ayuda de una fuerte actividad turística. Estos tres temas consiguen combinarse en San Juan de los Remedios, un pueblo de orígen colonial en la provincia de Villa Clara, a medio camino entre el aeropuerto internacional de Santa Clara y las playas de los Cayos.
El programa del proyecto se articula a través de un nuevo centro urbano que acaba ramificándose por toda la ciudad. Este centro incorporará la gestión y filtraje de las aguas de toda la ciudad a través de lagunas de macrofitas. Se sitúa de manera estratégica en la bisagra campo-ciudad permitiendo así la transición de residuos en abonos dentro de un círculo cerrado. El centro de gestión de aguas se complementa con otros usos que ayudarán a cerrar el círculo de residuos a abonos y facilitar la relación ciudad-campo: unos huertos en uso cooperativo y turísticos, un hostal de turistas, un mercado permanente, un restaurante, talleres para escolares y laboratorios agrícolas y para el tratamiento de aguas. También se incluye la estación de autobuses turisticos, lo cual vaciará la plaza principal de Remedios de autobuses y hará que los turistas experimenten la ciudad desde otra perspectiva.
En cuanto al programa en red, se incentiva el uso de la manzana urbana como productor de alimentos y como primer filtro de aguas residuales. Allí las aguas saldrán sin sólidos permitiendo un sistema de alcantarillado residual por gravedad con muy poca inclinación. Además del alcantarillado residual también se rediseña el pluvial para evitar inundaciones y aportar vegetación a la ciudad.
Una vez las aguas llegan al emplazamiento , son ellas las que con sus formas curvilíneas redibujan el paisaje, los edificios, las lagunas, los huertos. La leve topografía sufre ligeros desmontes para permitir que el agua la surque por gravedad.
Los edificios que del paisaje emergen usan los cauces del agua como cimientos. Los pórticos de hormigón prefabricado se disponen alrededor de una plaza inundable de agua y de actividad, donde las diferentes estaciones del año se muestran en su máximo esplendor. La cerámica recubre los espacios, abriéndose allí donde quiera dejar pasar la luz y el aire, recordando la arquitectura tradicional. Finalmente, un sombrero de bambú cosechado en las propias lagunas protege del sol tropical a todo el edificio e reincopora la tradición de la construcción de bambú en la isla de Cuba. |