De los vínculos que contraje con el movimiento feminista en ciudades muy distintas a lo largo de la década de los setenta, me quedó incorporada la decisión de explicar historia de las mujeres en cualquier espacio docente de! que pudiera llegar a disponer a lo largo de mi vida profesional en la enseñanza: una profesión Que es la de mi madre, de la Que fui alumna de griego, una profesión que me sigue gustando ejercer a pesar de la masificación y del empobrecimiento que sufre la Universidad en la que trabajo -la de Barcelona- y del apego al inmovilismo que avanza implacable entre compañeros que fueron progresistas. La decisión de explicar historia de [as mujeres [a puse en práctica cuando empecé a dar clases en 1981 y he persistido en eJ!a hasta [a actu;.1lidad, sin grandes dificultades que pueda recordar, porque lo excéntrico tarda en ser percibido por [as instituciones en decadencia. He explicado historia de las mujeres en la universidad y también, aunque menos, en el movimiento de mujeres.