Los accidentes laborales tienen repercusiones a nivel personal, en la sociedad así como en los sistemas socioeconómicos, incluyendo los sistemas de asistencia sanitaria, lo que conduce a un aumento del gasto público relacionado y presiona considerablemente a la sostenibilidad de esos sistemas. La gestión de riesgos en el trabajo es un aspecto clave en el entorno laboral. La seguridad laboral ha experimentado un cambio drástico y ha pasado de ser percibida como una carga administrativa costosa a una prioridad operativa con un impacto económico y social significativo. En la literatura económica sobre accidentes de trabajo se ha establecido con frecuencia una relación positiva entre el estado del ciclo económico y el nivel de los índices de accidentes laborales. Se plantean dos hipótesis, la hipótesis 1 propone que los accidentes laborales evolucionan de forma similar al ciclo económico, sin que influyan sobre ella factores positivos como la nueva legislación o los avances tecnológicos y la hipótesis 2 plantea que a nivel territorial, la intervención de la Administración Pública tiene un efecto positivo sobre la accidentabilidad laboral, lo que se traduce en una reducción de la tasa de accidentes laborales. Los resultados muestran que existe una marcada diferencia entre los indicadores de la actividad económica territorial y la tasa de accidentes laborales según su gravedad. Mientras que la evolución del índice de accidentes graves y mortales muestra una clara tendencia decreciente, con independencia del ciclo económico (crecimiento o crisis); la tasa de accidentes laborales leves parece estar muy ligada al ciclo económico, de manera que muestra cambios sutiles en épocas de crecimiento económico. Finalmente se concluye que la tasa de desempleo está inversamente relacionada con las bajas laborales, lo que sugiere que el mayor (menor) poder de negociación de los trabajadores que se produce cuando el desempleo se reduce provoca un aumento (disminución) de la declaración de bajas laborales. Si un sistema preventivo nacional está bien diseñado y gestionado, los índices de siniestralidad evolucionan siguiendo un patrón de descenso lento y continuado.