Las bibliotecas escolares tienen una oportunidad de incidir en los procesos de enseñanza-aprendizaje, trabajando las competencias en información y mediáticas. Con ello, el sistema educativo puede garantizar que los futuros ciudadanos serán capaces de enfrentarse a una sociedad en que será imprescindible adoptar una visión crítica hacia la información, pero también a utilizarla para su formación conínua y para tomar decisiones responsables. Para ello, tal como demuestran numerosos estudios internacionales, es imprescindible disponer de una biblioteca escolar bien equipada y dotada de un especialista en información, que diseñe y lleve a cabo un programa específico para trabajar esta competencia mediática e informacional (AMI o MIL). Los estudios más recientes sobre bibliotecas escolares realizados en España, ponen de relieve que, en las condiciones actuales, son pocas las que manifiestan disponer de programas con estos objetivos y pocas también las que podrían llevarlos a cabo con éxito.