Abstract:
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La reciente normalización de la palabra crisis se ha visto claramente acelerada por la recesión
económica que afecta desde 2008 a la mayor parte de las economías mundiales. Una recesión que
golpea con fuerza tanto a los países ricos, destruyendo millones de lugares de trabajo, como a los
países en vías de desarrollo, que han visto cortadas gran parte de las ayudas económicas destinadas a
la cooperación internacional para el desarrollo. Sin embargo, la palabra crisis no se delimita tan sólo a
una definición de la actual situación económica mundial, sino también la ecológica. Así, el mundo
también está sometido a una crisis ambiental, que entre otros muchos efectos, tiene como principal
fuente de alarma una crisis en el sector de la energía. La alarma surgida por el cambio climático, la
actual tasa de emisión de gases de efecto invernadero y la perspectiva del aumento de temperaturas a
nivel global, ha activado una conciencia social, a la que muchos gobiernos han contestado con
programas de desarrollo sustentable, haciendo especial hincapié en el desarrollo de energías
renovables o de mejora de la eficiencia energética. En ambos contextos, la crisis está íntimamente
relacionada con un sector, el de la construcción. Por otra parte, el sector doméstico es responsable de
un alto porcentaje del consumo energético. Así, gran parte de la culpa de que el sector de la
construcción haya inducido una importante crisis económica y ambiental es el actual modelo de
construcción.
Por ello, la vivienda proyectada busca responder a las actuales necesidades que demanda el
sector. Necesidades que pasan por una mejora sustancial de la eficiencia energética sin que ello
suponga un sobrecoste ni una disminución del actual grado de confort. El estudio climático del
entorno donde se va a ubicar la vivienda, combinado con soluciones constructivas que aprovechan los
recursos naturales del entorno de forma pasiva, hacen que el consumo energético, tanto de
climatización como de iluminación, se reduzca en gran medida. Estas soluciones, conjugadas con la
instalación de equipos de generación de energía renovable, hacen que la vivienda tenga un consumo
energético por debajo de los estándares del sector y con ello cumpla con el estándar “passivhaus”. Por
otra parte, los materiales usados son de carácter local, como la paja, la madera y la arcilla, ahorrando
grandes cantidades de energía en conceptos de transformación y transporte. Además, por las
características físicas de éstos materiales, el desmantelamiento del edificio supone un impacto
ambiental menor, puesto que la mayor parte es reciclable. |