El transporte público de Barcelona es utilizado por millones de personas a diario. Su principal problema, es el gran déficit que acumula desde 2008, puesto que lo ha condicionado en su desarrollo tecnológico. Muchas ciudades europeas, a diferencia de Barcelona, disponen de un sistema de validación de tarjetas de plástico mediante la tecnología contactless (sin contacto en inglés). A partir de encuestas realizadas a los usuarios del transporte público de Barcelona, se aprecia un claro interés por la actualización del sistema, y un preocupante desconocimiento del impacto ambiental que generan los plásticos convencionales utilizados en el sector de tarjetas de identificación, como es el caso del policloruro de vinilo (PVC). El presente proyecto analiza diferentes plásticos, prestando especial interés en su forma de obtención, su coste y el impacto ambiental que provocan. Con la intención de fomentar el transporte público sostenible, y valores ecológicos en la sociedad catalana, se propone la implementación, para el transporte público de Barcelona, de una tarjeta de ácido poliláctico (en adelante PLA), que es un plástico biodegradable y de origen natural, y que permite integrar la tecnología contatcless (mediante un chip de altas prestaciones). Asimismo, se desarrolla una propuesta que ofrece una actualización del sistema, un nuevo sistema tarifario que beneficia a aquellos que hagan mayor uso del transporte público, y un nuevo sistema de gestión y atención al cliente. Finalmente, se estudia la viabilidad económica de esta propuesta, considerando todos los costes asociados a la implementación, para así concluir si las tarjetas de PLA son o no, económicamente viables en el transporte público de la ciudad.