Abstract:
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La posible variación en la intensidad de las borrascas es una de las consecuencias más importantes del cambio climático en la ingeniería de costas, ya que afecta directamente al diseño y a la seguridad de las obras marítimas. A partir de los datos registrados en la boya de Palamós entre 1988 y 2003, hemos estudiado si resulta verosímil afirmar que se está produciendo un cambio de clima extremal.
Tras definir varias categorías de temporales, la detección de cambios de clima se ha convertido en un problema de contraste de homogeneidad de proporciones. El método empleado se caracteriza por el uso de técnicas bayesianas y por el hecho de plantear el problema en la geometría de Aitchison del símplex. La combinación de estas dos metodologías resulta adecuada, puesto que se dispone de pocos datos (la incertidumbre es muy alta) y algunas de las probabilidades son próximas a cero.
Los resultados ponen de manifiesto que alrededor de 1995 se produce un aumento significativo en la intensidad de los temporales. Además, este aumento tiene las mismas características que se atribuyen al cambio climático global: aumenta la probabilidad de sucesos extremos mientras que la distribución del clima medio extremal se mantiene estable. |