Notas:
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Los alumnos de primer curso de Ética muestran su asombro ante el número de explicaciones
filosóficas diferentes que recibe una misma realidad, esa realidad a la que Kant llamó faktum
de la moralidad y que todo filósofo tiene ante sí cuando despliega su explicación filosófica. El
conjunto de teorías filosóficas que se esfuerzan por dar razón de la vida moral, de esa
inquietud cotidiana por conocer dónde se encuentra la frontera de nuestro deber moral,
forma el conjunto de lo que llamamos ‘Ética’. Aunque en el vocabulario corriente ‘Ética’ y
‘Moral’ vayan revueltas, cabe establecer entre ellas una distinción; mientras el término
‘Moralidad’ se refiere al ámbito vivencial, el de ‘Ética’ entra en el de la explicación racional,
filosófica de la vivencia moral. Por eso suele decirse que (quizá) pueda enseñarse Ética, pero
no moralidad. Cierto que hay o puede haber una conexión entre ellas, la hay en la medida en
que la reflexión puede incidir en la conducta y en que de ésta parten los filósofos para ofrecer
su explicación filosófica, pero ‘Ética’ y ‘Moralidad’ mantienen un campo de referencia
distinto. En realidad, existe la Ética porque existe la moralidad, pero las clases en la
universidad no son clases de moral, son clases de Ética incluso en el supuesto de que uno de
los objetivos de la Ética sea el de la moralidad. |