El dimensionado del tamaño de los buffers de almacenamiento de paquetes en los equipos de red es un aspecto fundamental debido a sus consecuencias directas sobre la calidad de servicio observada por los usuarios finales. Dicho tamaño debe ser el más pequeño posible que cumpla con unos determinados requisitos respecto a algún parámetro de prestaciones de la red (caudal, tiempo extremo a extremo, probabilidad de pérdida de paquetes, etc.). En este artículo se propone un mecanismo de dimensionado que permite mantener la probabilidad de pérdida por debajo de un umbral determinado y que se adapta dinámicamente a las variaciones de carga en la red. El mecanismo, basado en una aproximación de máxima entropía, permite además el autodimensionado de buffers por parte de cada equipo, sin necesidad de la intervención de equipos especiales, y puede utilizarse también cuando se desea diferenciar diferentes flujos de tráfico y pedir para ellos distintas prestaciones.

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