Abstract:
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Hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX los economistas relegaban a un segundo plano el importante papel que juega el territorio en el desarrollo de las sociedades. Territorio entendido como matriz que nutre a las empresas con su capital natural, humano, social, y por su puesto el creado artificialmente. El reciente colapso financiero de Detroit nos ha enseñado cómo los problemas espaciales, en este caso ligado a fuertes procesos de segregación social, por una parte, y por otra, a la falta de un instrumento de planificación territorial, produjeron un éxodo del centro hacia los suburbios tanto de las clases bienestantes como del empleo. Así, mientras la ciudad central se ahoga en un déficit fiscal sin solución de continuidad, algunos municipios periféricos experimentan una bonanza económica |