Abstract:
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Mucho se ha escrito sobre el interés del cine para la docencia del derecho, a veces incluso muy bien, y mucho más se va a seguir escribiendo sobre ello, siquiera sea porque hoy en día sobre docencia del derecho, y de lo demás, escriben mucho los profesores universitarios, impulsados a esa especie de afán onanista por los que nos acreditan y desacreditan desde oscuras agencias evaluadoras. Quién nos lo hubiera dicho hace cosa de un cuarto de siglo a los que nos iniciábamos en estas lides de lo académico, que acabaríamos publicando artículos donde revelamos los detalles de una de nuestras prácticas más íntimas, la que tiene lugar entre las antaño sacrosantas cuatro paredes del aula. Y no solo eso, sino que además se juzgaría nuestra aptitud profesional también por esos artículos (o hasta por la mera audiencia del relato de similares experiencias a cargo de nuestros compañeros, siempre que, eso sí, sea debidamente certificada) tanto o más que por nuestro dominio de la disciplina que nos es propia o por nuestra modesta aportación a su caudal. Pero los tiempos cambian y hay que renovarse o morir, aunque renovarse suponga con frecuencia dejar de ser el que se era y así morir de todas formas. |