Notes:
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Nunca estuvo Federico García Lorca en
Paraguay; sí llegó a orillas del Plata y deslumhró
también a ciertos poetas del mediterráneo
paraguayo, dejando en la zona un rumor lírico,
tantas veces manejado con fuerza épica,
moldeado en imágenes sonoras dispuestas a
reclamar cómplices, no tahúres de salón amable
o canallas desbocados. El reclamo lorquiano,
derivado en ocasiones hacia el histrionismo,
habría de estimular el sentido
mágico de ciertas conciencias rioplatenses,
ayudándoles en la aventura poética que apenas
se iniciaba en Paraguay, todavía entretenido
en balbuceos poéticos forjados en su propio
caldo de cultivo. |