|
Notas:
|
En su libro Braintrust, la neurofilósofa Patricia Churchland expone sus ideas sobre lo que la neurociencia ha aportado hasta el momento al estudio de las bases neurológicas del comportamiento ético de los seres humanos. La tesis principal de la aportación de Churchland es que la moralidad se origina en la neurobiología del apego y subraya la relevancia de la oxitocina en el comportamiento cooperativo de los seres humanos, con la pretensión de que la neuroética pueda llegar a constituirse en una ética fundamental. Pero, a mi parecer, ante la propuesta de Churchland se abren interrogantes relevantes, como por ejemplo, ¿por qué debemos comportarnos éticamente? o ¿cuáles son los valores morales? En esta contribución valoraremos las principales ideas de Churchland para intentar mostrar si la neurociencia puede ayudar a contestar estas cuestiones.
In her book Braintrust, the neurophilosopher Patricia Churchland puts forward her ideas
about what neuroscience has contributed so far in the study of the neural bases of ethical behaviour in
human beings. The main thesis of Churchland’s book is that morality has its origins in the neurobiology
of attachment and bonding; she stresses the importance of oxytocin in the cooperative behaviour of
human beings, and proposes that neuroethics might eventually come to be regarded as a fundamental
ethic. In my opinion, however, Churchland’s proposal raises some pertinent questions, such as, Why
should we behave ethically? or, What are moral values? In this paper we assess Churchland’s main
ideas in an attempt to show whether neuroscience can be of help in answering these questions. |
