El objetivo del trabajo ha consistido en un estudio de implantación de mejoras sobre los actuales sistemas de refrigeración instalados en buena parte de las grandes superficies y, en particular, en la compañía de supermercados Caprabo. El estudio se ha basado en el análisis de 50 supermercados de la compañía que ha arrojado luz sobre cuál es la problemática real, tanto desde el punto de vista técnico como económico, de este tipo de instalaciones. Cabe señalar que, a partir de la entrada en vigor de la Ley 16/2013, de 29 de octubre, por la que se establecen determinadas medidas en materia de fiscalidad medioambiental, es de aplicación un impuesto específico para determinadas instalaciones de refrigeración, que grava la utilización de Gases Refrigerantes Fluorados de Efecto Invernadero. A partir de los resultados obtenidos y de la reglamentación existente, así como de una visión sobre las instalaciones que puedan mejorar el servicio y la imagen del cliente final, se han realizado estudios de mercado que ofrecen alternativas a la problemática existente. Concretamente, se ha evaluado el CO2 y el Glicol como sistemas alternativos a las actuales instalaciones de refrigeración, resultando ser el Glicol el que mejor se adapta a ser incorporado en instalaciones existentes. Finalmente, se ha realizado un estudio comparativo entre estos dos sistemas de refrigeración adaptándolo a un caso práctico sobre un supermercado de la compañía, en el que se han evaluado los costes de ejecución equiparados con los costes de uso y mantenimiento a lo largo de la vida de explotación del establecimiento. Es preciso destacar la importancia de la escala del cliente y como estas mejoras pueden y deben representar un ahorro económico muy representativo dentro de la compañía Caprabo. Queremos también poner en valor el hecho que se está trabajando e incidiendo en una instalación clave dentro de las grandes superficies y que tiene una repercusión ineludible sobre la cadena de alimentación y sus garantías sanitarias sobre la población.