El pulido de los metales consiste en dar un acabado superficial al material mediante fricción. La finalidad de pulir un producto es obtener una superficie con características adecuadas para la aplicación particular de éste. Su objetivo no se limita a la estética del producto: puede ser para mejorar su tacto, su funcionalidad o, incluso, en algunos casos, el proceso de acabado puede tener la finalidad adicional de lograr que el producto entre en especificaciones dimensionales. Dar pulido, en general, es un proceso manual en el cual el operario armado con una máquina giratoria y un cepillo debe presionar el producto. Hoy en día, el mercado está repleto de opciones, tanto de máquinas revolucionadas como de cepillos, para que la persona encargada de pulir pueda realizar el trabajo lo más rápido, cómodo y bien posible. Nos centraremos especialmente en el pulido del acero inoxidable. Estas aleaciones son muy comunes en la vida de todos y son de los metales que más se suelen pulir. Los acabados superficiales que se les pueden dar son satinado o brillante. Dependiendo de uno u otro se utilizan distintas máquinas, que trabajan a diferentes revoluciones, y cepillos de diversos materiales. Cofinox S.L. es una empresa del sector de la metalurgia que basa gran parte de su producción en la elaboración de depósitos cilíndricos de diferentes tamaños, de acero y acero inoxidable. Una vez finalizada su elaboración, dichos depósitos requieren un acabado superficial con la finalidad de tener un aspecto visual idóneo y al mismo tiempo cumplir ciertos requisitos sanitarios. Para conseguir el acabado se precisa gran tiempo de pulido, por lo tanto, gran cantidad de operarios. Cofinox S.L, pensó en la idea de automatizar este proceso por la necesidad de pulir y para ello crear una máquina automatizada para pulir los depósitos cilíndricos. Con esta máquina, la empresa tendría un ahorro importante en tiempo de trabajo y en recursos humanos.