La actividad económica y en concreto la producción industrial se encuentra en un proceso de cambio que se manifiesta en una transformación de los métodos de trabajo, de la organización de la producción y de los espacios productivos. Una de las formas que toma la reorganización de la actividad productiva es a través de la flexibilización del mercado de trabajo, y en este sentido, la dimensión de género resulta un factor estructurador importante para crear y modificar nuevas formas y condiciones de ocupación. El recuperado trabajo a domicilio como ejemplo de descentralización de la producción y realizado casi exclusivamente por mujeres, es una muestra de ello