Abstract:
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En la literatura científica es conocido el hecho de que pacientes con epilepsia pueden tener fenómenos místicos como manifestación sintomática de su enfermedad en algún momento determinado. Sin embargo, no es menos cierto que con las nuevas tecnologías utilizadas en diferentes estudios, se ha permitido evaluar la actividad cerebral en personas sin patología cerebral mientras acontece una experiencia religiosa. Newberg y d'Aquili estudiaron con imágenes de SPECT el cerebro de monjes budistas y monjas franciscanas en estado de meditación para luego compararlas con las obtenidas cuando descansaban. Su cerebro mostró un aumento en la actividad de la corteza prefrontal y una reducción en la actividad del lóbulo parietal posterior y superior. Beauregard observó a 15 carmelitas de clausura de entre 23 y 64 años, de las cuales ninguna padecía un trastorno psiquiátrico o neurológico, y a las que examinó el cerebro con una resonancia magnética funcional después de pedirles revivir una experiencia mística caracterizada por el sentido de la unión con Dios, es decir, una experiencia entendida en el sentido cristiano. El estudio mostró que varias regiones cerebrales se activaban durante la experiencia. Esta conclusión no debería sorprendernos, ya que estas experiencias son complejas y multidimensionales porque implican cambios en la percepción, la cognición y las emociones. |